Tito, Ricardo Fort y LaNacion.com

Primero Tinellizaron la televisión, pero yo no me preocupé porque no era parte de la tele.

Después tinellizaron la política, pero no me importó porque yo no era político.

Más tarde fueron los diarios, pero yo no me asusté porque yo era periodista…

Ahora están golpeando mi puerta. Blogueros y Twitteros, agarrense, porque su Timeline y sus post se llenaran piñas mediáticas entre el muñeco inflado y su guardaespaldas, que me acabo de enterar es la nueva estrella de la farándula argentina.

Primero Tinellizaron la televisión, pero yo no me preocupé porque no era parte de la tele.

Después tinellizaron la política, pero no me importó porque yo no era político.

Más tarde fueron los diarios, pero yo no me asusté porque yo era periodista…

Ahora están golpeando mi puerta.

Blogueros y Twitteros, agarrense, porque su Timeline y sus post se llenaran piñas mediáticas entre el muñeco inflado y su guardaespaldas, que me acabo de enterar es la nueva estrella de la farándula argentina.

¿A que viene esta irrespetuosa versión del poema de Martin Niemoeller que hice? A la sorpresa que me encuentro al entrar a Lanacion.com y descubrir que una de las noticias principales del día es una entrevista con Tito. Ojo, no se trata de un reportaje inedito al lider comunista yugoslavo, sino una exclusiva al guardaespaldas de Ricardo Fort.


Tito Fort
El Guardaespaldas de Fort y La Nacion.com


¿Donde quedaron los días en los que los redactores de La Nación buscaban realizar proezas literarias y periodísticas para deleitar a los niños bien del Jockey Club? ¿Donde quedó esa aristocracia argentina que gustaba de ese diario de proporciones gigantes que solo podía ser leído en una mesa con la tranquilidad que tienen los que poco tienen que preocuparse por ganarse el mango con el sudor de la frente?

Más allá de su clara línea ideológica, cuya coherencia me parece de lo más respetable que tienen, siempre ha promovido cierto periodismo de calidad y de excelencia. Por supuesto que publicar entrevistas a Tito es mucho más digno que publicar las editoriales del amigo de los genocidas del proceso, Mariano Grondona.

Sin embargo, y cayendo en la frase hecha, la culpa no la tiene el chancho sino el que le da de comer. ¿Por qué? La nota en cuestión es la más leída del día en el portal del diario. Si entre todas las opciones que nos da Internet terminamos prefiriendo leer lo que piensa este muchacho es porque tenemos una sociedad con el bocho bastante frito.

Pero para terminar el post con algo positivo, le voy a regalar una idea para nota a La Nación. Hace bastante días hubo un conflicto con los trabajadores de la fábrica de Fort, y pocos medios dieron cuenta de eso. Sería interesante conocer en profundidad como viven, cuales son las condiciones de trabajo, que reclaman los empleados del tipo que más exhibe su riqueza por todos los canales de la TV Argentina.

Los invito a uds a dejar en los comentarios ideas para los redactores de La Nación.