El agosto del horror

“Un bello arcángel aletea
junto a un gran pájaro de hierro.
Procura que un hombre lo vea
para ahuyentar cien mil destierros.
Pero el arcángel se sofoca
y un ala azul se le lastima
y el ave negra abre la boca
cuando atraviesan Hiroshima”

Así dice la estrofa que Silvio Rodríguez dedicó al hecho que marcó un antes y un después en la carrera armamentista mundial. La bomba atómica lanzada por el gobierno de Estados Unidos en Hiroshima, el 6 de agosto de 1945.

Más de 140.000 civiles perdieron en un chispazo la vida, muchos otros lo harían en los días siguientes, por los efectos de la radiación y el mundo comprendió que las guerras ya no serían como antes.

El siglo XX dio muestras como nunca antes en la historia de la humanidad de lo que el hombre era capaz de hacer. Fue un siglo de inventos acelerados, a principios de siglo, algunos autos, a mediados, llegábamos a la luna. Increíble. Un amigo solía decir que el progreso es bueno, pero debería haber terminado hace años. Y creo que leyendo los diarios de hoy, que conmemoran Hiroshima, lo entiendo. Y cómo dijo el gran Albert:

“Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.”