¿Cómo formar a los nuevos líderes sociales?

Debemos abandonar (porque ha dejado de ser funcional) las técnicas para capacitar competencias o habilidades para desempeñar funciones de dirección empresarial, para profundizar en procesos de mediación entre las personas y su entorno (social, económico y tecnológico) con vistas a facilitarles la auto modelación de sus propios talentos y talantes emprendedores.

Emprendedores

Leyendo el siempre interesante blog de Mario Dehter, me quede pensando en las ideas que plantea en su último post titulado “De la capacitación al empoderamiento”, donde nos muestra cual cree que es el mejor modo de formar a personas y organizaciones.

Dehter lo resume muy claramente:

Debemos abandonar (porque ha dejado de ser funcional) las técnicas para capacitar competencias o habilidades para desempeñar funciones de dirección empresarial, para profundizar en procesos de mediación entre las personas y su entorno (social, económico y tecnológico) con vistas a facilitarles la auto modelación de sus propios talentos y talantes emprendedores.

Reflexionando sobre estos conceptos pensaba en como se traducían o no en políticas ejecutadas en organizaciones sociales del tercer sector en nuestro país. Hasta el momento conozco muy pocas experiencias de este tipo. Si bien en nuestro país el tercer sector, está en una etapa inicial de profesionalización, creo que tener en cuenta las sugerencias de Dehter podría ser muy útil para formar emprendedores sociales innovadores que puedan afrontar exitosamente las causas en las que trabajen desde sus ONGs.

¿Cómo aprendemos los miembros de las ONGs lo que necesitamos para cumplir los objetivos que nos planteamos?

Si bien no descarto la formación educativa tradicional (muy poca específica a nuestra área de trabajo y de buena calidad en Argentina) mi experiencia personal me lleva a valorar mucho la idea del empoderamiento emprendedor de Dehter. Creo sin duda que lo que necesitamos es crear organizaciones que impulsen que cada miembro pueda encontrar su propio camino y crear las redes necesarias para lograrlo.

En otro de sus posts, el autor recoge algunos puntos de la experiencia recolectada en sus años de trabajo.

  1. Aprendemos de nuestros pares, de los otros emprendedores que han pasado o están pasando por lo mismo que nosotros.
  2. Nos inspiramos en modelos (de rol) concretos quienes, además de proveernos patrones de comportamiento, nos estimulan provocándonos motivaciones internas significativas.
  3. Son las motivaciones internas significativas lo único que cuenta para poder emprender. Lo demás: depende de un buen asesor contable-administrativo, talentos complementarios con nuestro propio talento (empleados, socios y/o proveedores) y una idea apasionante que sea también apasionante para nuestros clientes (presentes y/o potenciales)

Me parece que volviendo al tema del tercer sector que es el que me llevo a reflexionar sobre estas ideas, creo que en nuestro país falta generar las condiciones para que los emprendedores sociales se conozcan y se relacionen, compartiendo sus experiencias, con sus éxitos y sus fracasos.

Nos falta también compartir más estudios de casos de los trabajos que llevamos adelante, implicando también por supuesto, la sistematización de la información de cada una de las experiencias que llevamos adelante, cosa que hacemos muy infrecuentemente en las organizaciones sociales sin fines de lucro. 

Los dejo con esas reflexiones y los dejo a sumarse a la conversación iniciada por las idas de Dehter y reflejadas brevemente aquí.