Historia de una colisión entre un buque y una ballena


Las imágenes -que pudieron verse en varios medios- muestran el momento en el que el buque Langeness se llevó por delante una ballena franca austral mientras realizaba su entrada a Puerto Madryn. Pero la historia que motiva este posteo no es sólo esa, sino la que comenzó a partir de su difusión.

La filmación fue realizada el 3 de agosto por un integrante del grupo de biólogos que se dedica a estudiar y difundir el comportamiento de las “Ballenas de las Bahías”, motivados por un proyecto de investigación que comenzó hace siete años con la hipótesis de que “de seguir creciendo la población de ballenas y de aumentar las actividades náuticas en la Bahía Nueva, se generaría un conflicto de intereses por el uso del espacio”.

Lo primero que se hizo fue dar aviso y entregar el material a la Prefectura Naval Argentina y a la Dirección de Fauna. Luego, como todos los materiales que se generan, se subió el video a su canal de YouTube, al blog y a la fan page de Facebook. Luego, fieles a su vocación, los biólogos publicaron un estudio que indica algunas de las causales posibles para que un buque colisione contra una ballena pese a ir a una velocidad adecuada a la maniobra (menos de 5 nudos).

Ni bien los hechos trascendieron (benditos botones esos de “Me gusta” “Compartir” y “Retwit”!), comenzaron las amenazas. Algunas tuvieron un tono menos amistoso que otras. Pero todas confluyeron en que había un interés -¿turístico? ¿económico?- que debía protegerse y que este video no contribuía en absoluto con la causa.

Es que las advertencias realizadas y los mapas de riesgos elaborados por la investigación indicaban que en esa pequeña bahía, que tiene un tráfico marítimo comercial muy alto y asimismo una permanencia de hasta 220 ballenas en el mismo momento, no era aconsejable crear “canchas de navegación recreativa o deportiva”. El riesgo, obviamente, se multiplicaría. Y de hecho, el 8 de agosto (tan sólo cinco días después), el blog publicó un nuevo video en el que se muestran tres situaciones riesgosas en menos de dos horas.

Uno de los sectores que se siente afectado por la cultura ambientalista, es la de los navegantes. Este próximo fin de semana, de hecho, está prevista la realización de la “Regata de las Ballenas”, una competencia que se viene realizando desde hace varios años y de la cual participan muchos aficionados a este deporte. El conflicto está en que mientras de un lado se realizan advertencias sobre el peligro que significa para las personas exponerse a navegar tan cerca de las ballenas, del otro lado se niega ese peligro y se niega la veracidad de pruebas tan irrefutables como este video reciente de una ballena saltando sobre un velero.

El conflicto de intereses es claro. Y las cuestiones de poder que hay detrás de uno de los lados, también.

Por un lado, me sorprendió leer una editorial del diario El Chubut, en la que un reconocido personaje del lugar, con poder y reputación en el mundo del turismo llama a priorizar las actividades económicas y a no dejarse llevar por la protección ambientalista. No sólo dice que el accidente en Sudáfrica fue casual, sino también aclara que el video de la colisión en Puerto Madryn es una mentira. Textualmente, proclama: “cuidado que se nos terminará la generación de otra riqueza, que por extremismos conservacionistas”.

Por otro lado, me indigné al enterarme por su último post de que, por las amenazas y las situaciones ajenas a su actividad científica que se desencadenaron a partir de estos hechos, este grupo de biólogos haya tomado la decisión de suspender las publicaciones en su blog y en su fan page.

“La autocensura es uno de los peores logros que puede llevarse esta gente”, pienso, mientras escribo todo lo anterior.

@martinsantosb