Donaciones a través de SMS: El Robo de las telefónicas

La semana pasada se publicó un articulo sobre el uso que las organizaciones sociales hacemos de las nuevas tecnologías. Charlando con la periodista que la realizó y le conté sobre uno de los problemas principales que tenemos las ONG´s para desarrollar una estrategia de recaudación de fondos a través de teléfonos celulares: la codicia de las empresas telefónicas que cobran un 80% de comisión por el servicio.

La semana pasada se publicó un articulo sobre el uso que las organizaciones sociales hacemos de las nuevas tecnologías. Charlando con la periodista que la realizó y le conté sobre uno de los problemas principales que tenemos las ONG´s para desarrollar una estrategia de recaudación de fondos a través de teléfonos celulares: la codicia de las empresas telefónicas que cobran un 80% de comisión por el servicio.

Si. Leyeron bien. Si una persona quiere donar 1 peso a través de, por ejemplo, un SMS, la empresa telefónica se queda con uno 80% y la empresa que gestiona el servicio (Integradora) se queda con otro 10% con lo cual, la organización destinataria de la donación recibiría $0,10. Es por eso, que esta forma de recaudación tan común en otros países, no puede desarrollarse en el nuestro.

Claramente, estas comisiones usurarias no son eticamente aceptables por ninguna organización social.

Les dejo la nota publicada en El Cronista.

Telefonica-ROba

Cómo aprovechar Internet para RSE

19/06/2012 – El Cronista Comercial – Nota – Sup. IT Business – Pág. 1

Cuando los “me gusta” y “hashtag” se convierten en ayudas monetarias para reconstruir un techo volado, vigilias para encontrar a personas perdidas o voces para cuidar el medio ambiente; computadoras, tablets y celulares transmiten desde sus componentes la calidez de la humanidad.

Por Rocío Pujol

“En 1995, cuando comenzamos con Red Solidaria la pensamos como un Facebook (fundado en 2004) o Twitter (fundado en 2006). O sea, mucho antes de que estas redes sociales surgieran”, explica a IT Business Juan Carr, creador de Red Solidaria, junto a su esposa, María Alemán, y tres amigos, Irma Oriana, Raúl Flores y Juan Hayd, cuya memoria honra la organización por estos días tras su sorpresivo fallecimiento la semana pasada.

A nivel general, la mayoría de las principales ONGs aprovechan hoy a las redes sociales como vehículo para fomentar una cultura de la solidaridad y emprender campañas para ayudar quienes más lo necesitan. Un ejemplo: el 4 de abril, zonas de capital y el conurbano bonaerense sufrieron graves consecuencias a causa de los tornados que arrasaron con techos, árboles y tendido eléctrico.

En las redes sociales, se movilizaron acciones que obtuvieron respuestas, como en el caso de una familia con cuatro hijos de un barrio humilde. que quedaron sin techo. En tres días, consiguieron, a través de una cadena organizada por Juan Carr y difundida por Twitter, que 210 personas donaran $ 20 para comprar las chapas necesarias.

A esta ejemplo, se suman los de cada vez más empresas, que se valen de las herramientas colaborativas para impulsar proyectos solidarios. Una firma es SAP, la compañía europea de software empresarial. La firma, por impulso de su equipo SAP Labs de India, encontró una manera de aprovechar la tecnología como factor de cambio social con el lanzamiento de la comunidad ChariTra. La red on demand contacta voluntarios, organizaciones sin fines de lucro y empresas para trabajar juntos en diferentes causas. „La mayoría de las veces se relaciona a las redes sociales con el entretenimiento, el ocio y las relaciones entre conocidos.

Sin embargo, existen otras potencialidades de estas herramientas. Entre ellas, la capacidad de acercar a gente, sin importar las distancias geográficas, colaborar en un proyecto, realizar su seguimiento y asumir un mayor compromiso”, comentan desde SAP Argentina.

Tanto el sector empresarial como las ONGs destacan, entre las principales ventajas de las redes sociales, su velocidad de divulgación.

Carr ofrece el ejemplo de Facebook, en donde lanzan un pedido de dadores de sangre y en una hora la cantidad es cubierta.

“Estamos trabajando en una Red Solidaria 2.0 de alcance latinoamericano y global. Lo estamos pensando integrado, pero como un capítulo aparte”, adelanta Carr sobre el proyecto.

Por su parte, Greenpeace Argentina recibe por día, en la red social creada por Mark Zuckerberg un promedio de 500 personas.

En épocas de campaña fuerte, la cifra se duplica y, cuando transmiten acciones en vivo, el número llega a triplicarse. Por caso, la acción “Jaguares en El Impenetrable” contabilizó, en Facebook, más de 15.400 “Me Gusta”. Entre todos los posts al respecto, casi 95.000 personas interactuaron y, ese día, se sumaron 700 nuevas personas. Por su parte, en Twitter, la acción “En Vivo” alcanzó casi 500 menciones en cuatro horas.

Nadal asegura que Internet es un vehículo válido para impulsar causas con fines solidarios y que, para Greenpeace, tiene tres funciones particulares: informar, generar herramientas y como instrumento de recaudación para fondos individuales. La primera donación que recibió la organización por Internet fue en 1996 y, actualmente, lo considera como uno de sus principales medios seguros para efectuar contribuciones.

Financiamiento colectivo

Es sabido que la unión hace a la fuerza, y qué mejor si el objetivo de esa unión tiene como meta un fin solidario. El crowdfunding es un método de financiamiento colectivo que nació en base a la tendencia social y colaborativa generada en los últimos años por la red de redes. Mediante el sistema, personas con proyectos buscan pequeños colaboradores que estén dispuestos a ayudarlos a concretar sus ideas.

Entre las iniciativas que siguen este modelo a nivel local figura Idea.me. El site conecta proyectos de creativos regionales con personas dispuestas a brindar dinero para la concreción de su idea. Otra herramienta para recabar fondos son las subastas solidarias.

UNICEF Argentina realiza en el mes de diciembre la campaña “Regal@yudando”. En su marco, expone en MercadoLibre, artículos autografiados por figuras reconocidas para que las personas participen ofertando por ellas y lo recaudado es destinado para los programas de salud, educación y protección de niños.

Como ejemplo valga la edición 2011: la camiseta de fútbol autografiada por el plantel de Boca Juniors fue subastada por $ 1.125 y las firmadas por Messi y el “Kun” Agüero $ 720 y $ 710, respectivamente.

Un modelo diferente para realizar una labor caritativa online es la realizada por San Justo Shopping. El centro comercial del municipio de La Matanza donará a la Obra del Padre Mario $1 por cada nuevo seguidor de Facebook hasta el Día del Padre.

“En mayo, alcanzamos los 33.000 seguidores y decidimos celebrarlo en la red, dándole un sentido social a que la gente nos elija; buscamos que su decisión sea más que un mero click”, explicó Pablo Bendayán, gerente de San Justo Shopping y uno de los principales impulsores de esta acción.

En la Argentina, según las estadísticas del Indec, habría más de 57 millones de celulares (para una población de 40 millones).

Tal tasa de penetración podría permitir el uso de aplicaciones para realizar donaciones. A nivel internacional, uno de los casos más nombrados es el modelo de colecta implementado por la Cruz Roja en los Estados Unidos para los damnificados del terremoto en Haití, en 2010, que recaudó más de u$s 5 millones con aportes personales de u$s 10. En el país, según explicó el director de Movilización de Greenpeace Argentina, “hay un problema clave por la falta de regulación y de una política que permita que las telefónicas no se queden con cerca del 80% de lo recaudado desde sus plataforma de pago”.

Ciberactivistas

No muy distantes de los movimientos reales con activistas congregados en espacios públicos y con pancartas, los ciberactivistas disponen de Wi-Fi, computadoras y dispositivos móviles para reclamar por causas en comunidades virtuales. Según Greenpeace Argentina, los usuarios que más interactúan en las redes poseen entre 24 y 28 años.

Desde Unicef, María José comenta que ellos trabajan con embajadores digitales que ayudan a que la gente tome conciencia sobre cuestiones de solidaridad y para promover las distintas acciones. “Sin las redes sociales, sería muy difícil la promoción de las acciones ya que nos dan amplitud de convocatoria, además de diálogo directo con los destinatarios”.

“Twestival” (o Festival de Twitter) es un movimiento que se celebra en un único día para organizar eventos que movilizan a las comunidades globales en apoyo de una causa local. Desde Londres, su mentora Amanda Rose asegura en diálogo telefónico con IT Business que estamos viendo solo la punta del iceberg en cuanto al impacto de Internet en causas sociales. “Sin duda, las redes sociales fomentan una comunidad que se preocupa por el otro porque nos dan una idea de la cotidianidad de quienes nos rodean y permiten la interacción, soporte y asesoramiento en tiempo real. La mayoría de las redes guardan una relación con la ubicación, dando la oportunidad de crear una dinámica de encuentros casuales interesante” asegura Rose.

E-mails que re-circulan:

En algunos casos, los correos electrónicos o informaciones para encontrar una persona o resolver un problema continúan circulando aún después de resuelto el problema. “Hasta hace un tiempo atrás, teníamos problemas con e-mails que seguían dando vuelta. En muchos casos notamos que a veces las cadenas duermen y luego despiertan. Para evitar estas situaciones hoy contamos con Bandera Blanca.org.ar, para ordenar la búsqueda y la comunicación” informa Lidia Grichener, presidenta de Missing Children Argentina. Bandera Blanca es un programa que consta de una web, un espacio en Facebook y en Twitter, que iza un banderín blanco en la red, para anunciar un niño perdido. Cuando el menor es encontrado, el color de la bandera cambia a verde. Otra de las herramientas de las que dispone la organización es Missing Children Mobile, una aplicación gratuita para teléfonos celulares y tabletas que actualiza las fotos de los niños extraviados para que los usuarios de teléfono puedan seleccionar “Yo lo ví” en el sistema para que la institución reciba los datos de cuándo y dónde fue visto.

Las campañas solidarias en redes sociales e Internet demuestran que pueden insertarse en el entramado social como un impulsor más. Claro que, como dice Juan Carr, “son un mecanismo fantástico, pero en un momento hay que dejar el teclado para hacer algo humano”.


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