Ángel Cappa: El Señor del Futbol

No soy de postear mucho sobre futbol, pero hoy haré una excepción.

Comparto con uds una entrevista que al técnico de Huracán, Ángel Cappa.

Gracias a Hernán G., fanático del Globo que me pasó este material.

Una brisa fresca recorre Buenos Aires a la caída de la tarde. No es el otoño tardío, son las palabras de Ángel Cappa. Profesor de filosofía y psicopedagogía, el hombre es más conocido por su oficio de director técnico. Su equipo es Huracán. Y Huracán juega de maravillas, gane o pierda, por lo que ha devuelto la esperanza de que el juego de la pelota no ha muerto.

–¿Con qué temas nos quedaríamos hablando hasta la madrugada: fútbol o política?

–¡Con cualquiera de los dos!

No le gusta el vértigo de Buenos Aires; prefiere la pausa riquelmista de Bahía Blanca, el lugar donde nació hace 62 años. De ahí debe venir la frescura. Cappa tuvo que dejar Villa Mitre, su barrio, con la llegada de la dictadura militar. Lo recibió Madrid, como a tantos exiliados. Desde allí, siguiendo el manual de estilo menottista, se construyó el entrenador. En el camino, no abandonó ni una pizca de él mismo. Ahora Cappa está sentado a una de las mesas del bar Líber, en Libertador y Libertad, una esquina que es coqueta pero debió de anarquista. Habla de Huracán, de fútbol, de gambetas; de la izquierda, la derecha, la militancia; de los medios, las ideas, el barrio. Habla de todo. Algo extraño en un fútbol de tantos silencios.

–¿Huracán tiene un sabor especial?

–Sí, claro. Huracán encarna valores que son restos de nuestra identidad. El barrio, el tango, lo que podríamos llamar el romanticismo, que tampoco es así, pero no encuentro otra palabra. La bohemia, quizá.

–El porteñismo.

–El porteñismo. ¡Eso es lo que encarna Huracán! Lo que pasa es que yo no sé cómo hacer, porque hay una falta de propuesta de esta naturaleza que a una insinuación, como es Huracán, ya se le da carácter de realidad. Una realidad es Lanús, que lleva tres años o más.

–Lo que derriba el discurso único: no se han acabado las ideas.

–Eso es, eso es bueno. Yo hice una pretemporada distinta a la que se usa en la Argentina y me acusaron enseguida de atentar contra la lógica. Como si yo hubiera empezado a entrenar ayer, como si detrás de esto no hubiera un argumento. Porque esto no es un romanticismo trasnochado.

–¿Cuánto tuvieron que ver los medios en imponer el discurso único?

–Muchísimo. Los medios predominantes del fútbol son los que determinan el pensamiento de la gente. En el fútbol y en todo lo demás. Te forman una opinión. Pero también hay una paradoja: aparece Huracán, hace tres pases seguidos, y la gente se olvida de lo que le estuvieron diciendo los medios durante treinta años.

–¿Cuál es la idea de este Huracán?

–Un equipo que juegue bien al fútbol. Ahora, ¡uno tiene que ser Sócrates para explicar qué es jugar bien! El tipo cuando va a la cancha sabe qué es jugar bien. Todos lo sabemos, de chiquitos: mirá a España, el Barcelona, Zidane, el Arsenal y Platini. Un entrenador, en un congreso, dijo que había hecho una encuesta acerca de qué es jugar bien, y que la gente no se puso de acuerdo y por lo tanto él concluyó que jugar bien es ganar. Entonces yo dije que había hecho una encuesta preguntando qué era una puerta. Y como no encontré una definición precisa llegué a la conclusión de que las puertas no existen. Es jodido definir qué es una puerta; ahora, vos sabés lo que es.

–¿Hay un cappismo?

–Noooo, noooo, ni mucho menos.

–Pero hay una identidad.

–Yo soy fiel a todo lo que me emocionó. La emoción es la puerta del conocimiento en el fútbol. Y soy fiel a eso. Desde Eduardo Villar, que fue el primer crack que yo vi en Villa Mitre, a otros jugadores, incluso algunos que tuve en contra. Ramos Delgado, por ejemplo. O Grillo, que era mi ídolo de pibe. Y Menotti le puso nombre a esa corriente porque fue una figura destacada y salió campeón del mundo. Pero antes de Menotti estaba Sastre, De la Mata, Erico, Moreno, Pedernera, Tucho Méndez.

–A sus jugadores les dijo: “Crean en ustedes”. Esa frase ocurrió en un mundo donde los técnicos tienen más protagonismo que los futbolistas.

–Porque el producto se vende a través de una persona. Pero uno cumple las funciones de un maestro. Yo estoy con la pedagogía de Paulo Freire: el maestro no enseña nada, ayuda a aprender al alumno. Y yo también. Transmito lo que he aprendido.

–¿Y cuánto aprende de los jugadores?

–Muchísimo. Lo que yo soy es un alumno muy aplicado. Todos los jugadores te enseñan cosas. Y aprendo con mis hijos también. Porque tengo otro concepto de la autoridad. Soy un tipo muy cercano. Y mis hijos me cuestionan cosas permanentemente.

–Su hijo Bernardo es director de teatro, ¿qué tiene en común con un técnico?

–Hay muchísimas cosas en común. Porque se levanta el telón y él no existe. Se levanta el telón y yo tampoco existo. El entrenador está en lo que hace en la semana, en lo que prepara; en lo efímero de lo que se crea. El fútbol crea una belleza efímera: hace paf y desapareció. Y el teatro también. Él tiene la ventaja de que no tiene rivales que le tratan de arruinar la obra.

–¿Sigue reivindicándose como un hombre de izquierda?

–Por supuesto, soy un tipo de barrio, he vivido las penurias y la humillación de la clase trabajadora. Mi abuelo era cochero, mi papá era peluquero. Igual, habría que definir qué es la izquierda hoy.

–¿Y qué es la izquierda hoy? ¿Qué diferencia hay con su militancia en los 70?

–Ha cambiado la sociedad. El concepto de clase obrera es otro. El concepto de socialismo es otro, como también el del capitalismo. El capitalismo ha estallado. Pero soy de izquierda, de la gente de abajo, de la gente oprimida, de la gente explotada, de la gente humillada. Yo pertenezco a eso.

–¿No se sentía un extraño en el fútbol?

–Para nada. En el fútbol están todos los compañeros de mi barrio. Y yo nunca hablé de política con ninguno. Porque además entiendo que el fútbol es un momento de esparcimiento que uno necesita para vivir, como el teatro.

–Usted militaba en el peronismo de base, ¿cómo recuerda aquello?

–Como una esperanza emocionante de una sociedad diferente, como si estuviéramos construyendo algo más justo, más humano. Lo que decía el Che, un nuevo hombre, fuera del egoísmo, fuera de lo que la sociedad llama el éxito. Y con una gran inocencia, porque no sospechábamos lo que finalmente ocurrió.

–¿Qué significó el exilio?

–Muy feo, tremendo, te sentís impotente. Yo llegué y tenía doscientos dólares, lo que yo cobraba jugando al fútbol en Bahía Blanca y dando clases en Coronel Pringles. Y yo decía, ¿por qué carajo tengo que estar acá? Y también, al mismo tiempo, decía, yo puedo estar acá, otros tipos los están torturando o los mataron. Pero es duro. A pesar de que en ese momento la gente en España tuvo una solidaridad extraordinaria. Alquilamos una casa vacía: tenía un teléfono en el suelo, nada más. Pero la gente del barrio nos consiguió colchones, mantas, nos trajo comidas.

–¿Participó del boicot a la Copa del Mundo?

–Bueno, era un movimiento que no sé si tuvo algún tipo de repercusión. Se hacían charlas, publicábamos cosas en los diarios. Era una forma de denunciar a la dictadura. Porque estábamos esperando el Mundial como cualquiera y cuando había partidos los mirábamos desesperadamente.

–¿Nunca le resultó una contradicción que en el medio estuviera la Selección de Menotti?

–No, porque hacía su papel. Y el equipo le daba un motivo de alegría a la gente. El boicot era una denuncia, aprovechar eso para denunciar a la Junta.

–¿Cómo recuerda su regreso?

–Jugaban River y Boca en la cancha de River. Kempes y Alonso en River; Maradona en Boca. Mi papá me estaba esperando en el aeropuerto, y me dijo: “Tengo entradas para la cancha”. Sentí una alegría extraordinaria.

–¿Existe un fútbol de izquierda?

–Si uno es estricto, no. Es una manera de hablar. Las gambetas no son de izquierda o de derecha. Pero se dice un fútbol de derecha a aquel fútbol especulador, al que sólo le interesa ganar, como al tipo al que sólo le interesa la guita y que no le importa el contenido. A la izquierda sí le interesa el contenido, la ilusión, la emoción. A la derecha no le importa la emoción, le importa ganar guita y punto. Y para ganar guita, destruyen el planeta, destruyen a la gente. Es el “pisalo, pisalo”.

–Hay un traslado de valores.

–Claro, la historia de Huracán, no la del actual sino toda su historia, sería la de un fútbol de izquierda. Porque el del Estudiantes de Zubeldía es un fútbol típicamente de derecha, basado en que hay que ganar, no importa cómo. El fútbol de izquierda, en cambio, es emocional.

–¿Cómo le gustaría que termine esta historia?

–Con Huracán campeón y jugando bien. Ése sería mi sueño. En este campeonato seguro no, va a tener veinte partidos. Pero si los dirigentes mantienen el equipo, y si los representantes nos dan una mano, seguro que vamos a estar entre los primeros en el próximo campeonato.

–Y con Fatiga Russo al lado, una gloria del Huracán del 73.

–Fatiga es una parte de Huracán. En los últimos diez minutos con Lanús estaba llorando en el banco. Se le caían las lágrimas porque esa corriente emocional lo implicó también a él. Y juntos compartimos el sueño. ¿Sabés lo que sería para mí salir campeón con Huracán? ¡Ahí sí que me retiro!

Los millones que giran alrededor de la redonda y la Ley deRadiodifusión

–¿En qué afectó el negocio de la televisión al fútbol?

–Si es cierto que la televisión gana 9.300 millones de pesos por año y le da al fútbol 180 millones, menos del 2 por ciento, me parece una tremenda injusticia. Habría que llegar a un acuerdo para que el reparto sea más equitativo y el negocio resulte positivo para ambos. En España, hay varias ofertas y tengo entendido que el fútbol se lleva el 25% aproximadamente. La diferencia con Argentina es abismal.

–¿Le resulta interesante la propuesta de reforma a la Ley de Radiodifusión?

–En general, me parece excelente, al menos en intenciones. Y no sé por qué no se abre un debate de nivel en los medios más poderosos para que todo el mundo sepa de qué se trata. Eso sería un ejercicio práctico de democracia. Ojalá se pueda pensar en que todos tengan acceso a ver los partidos, y no sólo los que tienen el dinero suficiente. No nos olvidemos de que el fútbol nació y nace todos los días en los barrios más pobres del mundo.

–¿Le gusta este Gobierno?

–Tiene actitudes positivas y otras que no corresponden con su discurso. En las palabras va más allá que en los hechos. Y así y todo le cuestiono las palabras. Este Gobierno cree que si no va más allá la derecha le va a perdonar. Y la derecha no le perdona nada. Si vos le quitás un peso, te arranca la mano y te quita los ojos. Las retenciones me parecen lógicas y normales a quienes se llenaron de dinero en esta Argentina. A mí me parece que ésta es una actitud positiva del Gobierno. Pero no veo que se defina. Hace un paso para acá, y tres para el otro y uno para allá, y eso termina siendo una ambigüedad.

–¿Le entusiasma esta situación política en Latinoamérica?

–Es lo que queda de esperanza en el mundo. Las corrientes, digamos de izquierda, que hay democráticas, además, son muy alentadoras. Creo que hay que hacer una democracia participativa, en la que podamos debatir, con honestidad. Hoy los que debaten son siempre los mismos: son Tinelli, Susana Giménez y Moria Casán. Tienen derecho a opinar, pero si en la Argentina, donde hay una cultura desarrollada, donde hay intelectuales, donde hay teatro, son esos personajes los que generan el debate sobre la pena de muerte o no, algo no está pasando.

–Tampoco la sociedad tiene que esperar.

–Claro que no. Y tendría que exigir el derecho a la información. No tiene que permitir que un diario le mienta. Y lo hacen, descaradamente, para defender sus intereses. Que el diario ponga la información, por ejemplo: “Ganó Evo Morales por el 68 por ciento contra el 32 de la oposición”. Y no como puso El País: “Empate técnico”. ¿Cómo empate técnico? Eso decís vos. Poné la información y después poné interpretación. Pero la información tiene que ser limpia.

“Riquelme es uno de los jugadores más rápidos”

–¿La Selección de Maradona le gustó?

–Es poco tiempo, hay que darle más tiempo.

–Pero le entusiasma.

–Me entusiasma por la presencia de Diego, porque a mí me parece imposible que Maradona haga jugar otro fútbol que el que él jugaba. Es el mejor jugador de la historia del fútbol entonces yo estoy entusiasmado con esa posibilidad.

–¿Le apenó que Riquelme renunciara?

–Sí, un símbolo de nuestro fútbol. No me meto en la discusión porque son cuestiones de dos personas mayores. Pero es uno de los mejores jugadores que yo vi en los últimos años. Y uno de los más rápidos junto con Laudrup, que era un gordito que si me corría a mí en aquella época del Real Madrid por ahí salíamos parejos. Porque la velocidad en el fútbol es otra historia; es pausa. Si no hay pausa, no hay velocidad. Riquelme es pausa. Y es ver la jugada antes: mira, hace la pausa, pim, y te dejó solo. Esa es la velocidad. Y Riquelme es uno de los jugadores más rápidos que hay en la actualidad.

–Y se está yendo al fútbol sin pausa.

–Claro, y la sociedad también. Un filósofo español decía que la frivolidad es precisamente la falta de tiempo, la falta de pausa. Nadie tiene pausa para sentarse a charlar, para tomar un café, nadie tiene tiempo para eso.

Cuando lo renovable es, también, económico

Una de las críticas más frecuentes que se le hacen a las energías limpias y/o renovables es que es son más costosas.

En mi opinión, para valorar el costo de una energía no se debería tener en cuenta solo el factor económico, sino también el impacto que el uso de esa energía tiene a futuro: el costo económico que asociado al incremento de los gases de invernadero se debería contar como parte del costo de las energías que los producen.
Es por eso que me llena de satisfacción cuando veo notas como la del enlace, en la cual el uso de energías limpias y renovables es, además, más económico y práctico.
Se trata de reemplazar los generadores diesel de las celdas celulares en lugares remotos por celdas fotovoltaicas y turbinas eólicas. Esto tiene un sinnúmero de ventajas económicas y prácticas, entre ellas:

  • Ahorro en combustible.
  • Menor contaminación e impacto ambiental.
  • No hay que viajar periódicamente a la celda para reaprovisionarla.
Lamentablemente todavía hay mucha gente que solo ve el lado económico de las cosas. La aparición de iniciativas como esta es extremadamente positiva, especialmente porque puede ayudar a cambiar la mentalidad de muchas personas respecto de las energías alternativas.
Ver el artículo original (en inglés) aquí.

Fotografía – Sol Siber

Ya de chico, de la mano de mi papá, me encantaba ver como las cosas se veian pequeñas, o simplemente aisladas, rodeadas de ruido, pero conservando su pequeña y propia identidad.
Con el viejo caminabamos mucho, y me llevaba por todos lados, desde una fábrica enorme a las luces de la calle Corrientes, todo en un día.

Era mi entretenimiento, cortar una pequeña ventana mentalmente y buscar colores, formas, y ya más de grande, expresiones. Fue una de las razones por las que me dedique al diseño, y por las que soy un fotografo frustrado, muy pocas veces pude rescatar ese encuadre, que sólo yo veía.

Cursando diseño 1, por total accidente, y absoluta fortuna, encontré a alguien que realmente sabía mirar.

Les presento a Sol Siber. Como diseñador solo me remito a destacar el color, la composición, y la profundidad. Como persona, solo me puedo maravillar al verme de nuevo, de la mano, mirando.

Sigo sus fotos desde entonces, primero con fotos perdidas, y luego con 999mil. No dejen de ver su trabajo, consejo de niño, y de adulto. Tambien pueden seguirla desde su flickr.

Reflexiones sobre el dengue

Comparto con uds el artículo de Javier Souza Casadinho, Docente de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires.

Esta nota fue originalmente publicada en el Newsletter “Ambiente y Medio” de Sergio Federovisky


En mayor o menor medida los medios de comunicación se han hecho eco de la epidemia (1) de dengue que asola a nuestro país. Ahora bien más allá de enumerar los casos por provincia y las consecuencias sobre la salud , las prácticas de eliminar focos de agua domiciliarios y sobre el avance de las fumigaciones poco se ahonda sobre las causas de este fenómeno y lo que es más importante sobre las consecuencias que las fumigaciones masivas pueden tener sobre la salud de las comunidades afectadas por el dengue y por las dichas pulverizaciones , la mayoría de las veces realizadas de manera desaprensiva, eso es sin tener en cuenta el entorno de donde se realizan.

1- ¿Cuáles pueden ser las causas de la expansión de la enfermedad?

Las causas son múltiples pero se relacionan entre sí.
Como se sabe el progreso de la enfermedad tiene que ver con la expansión de las zonas de distribución y las posibilidades de supervivencia del mosquito Aedes aegypty, ambas se hallan relacionadas con el modelo agrícola vigente y el cambio climático, estas a su vez vinculadas entre sí.

Si bien es posible hablar de la multicausalidad de las enfermedades es indudable que el modelo productivo basado en el monocultivo de soja transgénica, la utilización de herbicidas, fungicidas e insecticidas posee su impacto en la tasa reproducción y supervivencia del vector.

En primer lugar la deforestación y quema de bosques y montes, para dedicar las tierras al cultivo de soja, ha determinado la migración de los mosquitos hacia otras zonas donde han encontrado condiciones óptimas para su supervivencia.

En este caso también posee una notable influencia el cambio climático en especial la elevación de las temperaturas y el cambio en las condiciones de humedad. Los huevos embrionarios pueden resistir temperaturas extremas manteniéndose viables entre 7 meses a un año (Almirón, W, 2006) (2). Dado que en sí mismos los monocultivos son insustentables requieren la utilización creciente de insecticidas y herbicidas con los cual no solo impactan en la supervivencia de los insectos sino en la de sus enemigos naturales.

2- ¿Cómo se relaciona la utilización de plaguicidas con las condiciones de supervivencia del insecto?

Por un lado la utilización de plaguicidas en especial los insecticidas 2, 4 D y Glifosato y de insecticidas como el Endosulfan impactan en el desarrollo de los enemigos naturales de los mosquitos, en este caso sapos y peces que devoran tanto a larvas como a insectos adultos.

Estos plaguicidas pueden impactar directamente como así también provocar alteraciones en su desarrollo embrionario (3) y en el sistema nervioso, alterando sus posibilidades de supervivencia. Incluso existen investigaciones sobre alteraciones en el sistema inmunológico de estos animales relacionada con el incremento en la concentración de plaguicidas en el agua de ríos, estanques y lagunas. En este caso esa alteración inmunológica los vuelve más vulnerables frente a bacteria y parásitos.

Un estudio realizado sobre cursos de agua en la provincia de Buenos Aires (Agostini, 2005) (4) se ha comprobado el impacto de las mezclas de plaguicidas sobre la supervivencia de anfibios. Especialmente son importantes los efectos sobre las etapas iníciales de la vida de estos organismos, estado larval. El impacto no letal puede tener consecuencias sobre las condiciones de crecimiento y desarrollo de estos organismos.

Por otra parte el incremento en la frecuencia de aplicación como así también en las dosis de estos productos determina la aparición de resistencias genéticas. De esta manera cuantos más químicos se utilizan más resistencias adquieren los insectos. Resistencia que se transmite a las generaciones futuras del insecto. Dicha resistencia puede revestir una doble modalidad: a- la capacidad del insecto de detoxificar – romper, desdoblar- la molécula del plaguicida transformándolo en una sustancia menos peligrosa y b- la posibilidad de generar un exoesqueleto – protección externa de los insectos – más duro con lo cual es más difícil que el plaguicida penetre en el cuerpo. En ambos casos, y siguiendo la concepción darwiniana, de que los más aptos sobreviven, en unas pocas generaciones todos los mosquitos desarrollan resistencia.

En esta situación las dosis normales del plaguicida se tornan ineficaces. Por lo generar el incremento en las dosis, el recambio por productos más tóxicos e incluso el aumento en la frecuencia de aplicación; solo refuerzan el problema.

3- ¿La ampliación de la zona de distribución del mosquito se relaciona con el cambio climático?

Se puede afirmar que sí. El cambio climático que se manifiesta a partir de una elevación de la temperatura y de las condiciones de humedad han propiciado tanto la ampliación de la zona de distribución como el incremento del número de generaciones anuales del mosquito y por ende mejores condiciones para la expansión de la enfermedad.

Ahora bien el cambio climático no ha ocurrido naturalmente o por azar, por el contrario se relaciona tanto con el incremento en las actividades industriales, los transportes, la quema de bosques que generan dióxido de carbono como con el descenso en la superficie cubierta por árboles, que absorben ese compuesto. De nuevo hallamos una relación entre el modelo de producción agrícola y la expansión de la enfermedad.

4- ¿Es efectiva la utilización de plaguicidas para disminuir las poblaciones de los mosquitos?

La experiencia demuestra que utilizados aisladamente no resuelven el problema. En primer lugar se debe tener en cuenta que las enfermedades transmitidas por vectores se hallan influidas por múltiples elementos y que centrar las estrategias de control en el ataque químico del vector resulta un enfoque restrictivo e ineficaz. Por lo contario se requiere tomar el problema de manera holística y sistémica incorporando elementos de orden social, geográfico, ambiental y cultural en las estrategias de manejo (Souza Casadinho, J. 2007) (5).

Los plaguicidas solo pueden acabar con las larvas o los adultos que son alcanzados en las aplicaciones, pero como ya fue mencionado los insectos pueden adquirir resistencias. Además los mosquitos, aunque no se dispersan a grandes distancias, pueden alcanzar los 800 metros en sus vuelos (Almirón, W, 2006) (6). En este caso los adultos que no alcanzados por los plaguicidas, pueden distribuirse en el ambiente.

5- ¿Los plaguicidas utilizados poseen impacto en la salud de las personas?

Si. Aunque se los presente como de “bajo impacto”, “inocuos” “amigables con las personas“, los tóxicos utilizados pueden presentar impactos en la salud de la población alcanzada directamente o por vía indirecta a partir de la contaminación del agua, alimentos, ropa, etc.

En este caso se debe destacar que los plaguicidas son clasificados según su toxicidad específica – potencialidad de causar daño – en cinco categorías, desde los extremadamente peligrosos hasta los productos que “prácticamente no ofrecen peligro”. Muy pocas veces en su categorización se tienen en cuenta las condiciones sociales y ambientales de aplicación, las cuales pueden tornar muy peligroso a un producto clase IV (que normalmente no ofrece peligro) (Souza Casadinho, j. 2005) (7).

Se debe resaltar que en ocasiones las fumigaciones se realizan sin notificar a las comunidades afectadas con lo cual las mismas se hallan expuestas a las partículas del tóxico (8). Además de contaminarse las fuentes de agua, estanques, aljibes, etc. Los daños en la salud de los tóxicos utilizados en las campañas contra el dengue, en general plaguicidas que poseen clasificación química piretroide, pueden manifestarse rápidamente, síntomas agudos o por lo contario manifestarse mucho tiempo después de ocurrido el contacto , síntomas crónicos.

Ente los síntomas agudos se hallan; el hormigueo en los parpados y en los labios, irritación en los ojos y en las mucosas, estornudos, vómitos, escalofrió. Entre los síntomas crónicos se hallan, ampollas en la piel, inflamación en los pulmones, disrupción hormonal (9, 10 y 11).

6- ¿Existe una aplicación correcta o segura?

No. Aunque como en la aplicación de cualquier tecnología, se puede reducir el riesgo durante la aplicación, son tantas las variables que se deben tener en cuenta que el uso seguro es muy poco probable de llevar a la práctica.

En los plaguicidas se da el caso de investigaciones sobre efectividad, seguridad de uso y aprobación en situaciones ideales – el laboratorio – para luego ser aplicados en situaciones reales , en las cuales las condiciones económicas – la presión del mercado- , las condiciones climáticas, el acceso a la información suelen influir en las verdaderas condiciones de uso.

Los plaguicidas se aplican sin un conocimiento adecuado de su peligrosidad, de apuro, con personas realizando tareas en las inmediaciones. La venta de productos fraccionados, la escasa información existente en los marbetes, la inexistencia de equipos de protección, la inexistencia de capacitación efectiva de quienes los aplican, resultan a las claras la mejor evidencia de que las condiciones de uso recomendadas no son llevadas a la práctica.

7- ¿Es conveniente fumigar el interior de los domicilios?

Es una técnica de control muy peligrosa dado que los plaguicidas pueden alcanzar la fuentes de agua, la ropa, los alimentos, las alacenas, las mesas, las sillas, etc., con lo cual pueden indirectamente alcanzar a las personas que las habitan.

En este caso las partículas del plaguicida pueden quedar adheridas por un lapso de tiempo a diversos enseres domésticos causando problemas de salud a quienes ingieran, toquen o utilicen los elementos contaminados. Además, como por lo general se utilizan dosis de aplicación más altas que las recomendadas, la peligrosidad en su utilización se incrementa (Souza Casadinho, Javier, 2005) (12).

8- ¿Cuál puede ser la estrategia para prevenir el dengue?

Resulta obvio que las condiciones de vivienda, infraestructura sanitaria y saneamiento ambiental constituyen factores de importancia en las condiciones de vida y reproducción de los insectos y por ende deben ser tenidos en cuenta en las estrategias de manejo. Respecto a los factores sociales hay que tener en cuenta las características de la población, sus hábitos, costumbres y niveles de organización. Se debe tener en cuenta que cualquier medida puede resultar ineficaz si no se logra una reducción sustancial en las condiciones de pobreza junto a una evaluación continua y permanente tanto del proceso puesto en marcha como en el monitoreo de la enfermedad.

Entre otras pueden encararse las siguientes medidas;

  • Realización de monitoreos epidemiológicos con participación de la comunidad.

  • Estratificación epidemiológica y clasificación en zonas de riesgo a las comunidades afectadas

  • Drenar ríos y fuentes de acumulación de agua – Entubamiento de fuentes de toma de agua y desagües.

  • Mejoramiento en las condiciones de vivienda, en especial el aprovisionamiento de agua y la colocación de mosquiteros.

  • Tapar pozos en calles y rutas

  • Controlar y mejorar los sistemas de riego

  • Incluir hongos y bacterias en la lucha biológica. Por ejemplo la utilización de bacterias como Bacillus thuringiensis para el control de las larvas de los mosquitos.

  • Utilización de mosquiteros solos o impregnados con bajas dosis de plaguicidas.

  • Evitar la utilización masiva de plaguicidas

Notas:

1. Cuando una enfermedad o evento relacionado con la salud, supera o excede la frecuencia usual en una población específica, en un lugar y en un período de tiempo determinado, se habla de epidemia o brote. Zulma Ortiz, y otros. – Modulo Nº 6 de epidemiología básica y vigilancia en salud. 2005. Ministerio de salud de la Nación. Bs As, Argentina

2. Almiron, Walter y Rossi, Gustavo. 2005. Artrópodos de interés médico en Argentina. 2005. Capítulo 11 Mosquitos. Fundación Mundo Sano. Bs. As. Argentina.

3. Ronco A. y otros. 2008. Integrated approach for the assessment of biotech soybean pesticide impact on low order stream ecosystems of the Pampasic region. En ecosystem Ecology Research Trends. Pp 209.239 Nova Science Publisherc. Inc.

4. Agostini y otros. (2005) Efecto de la aplicación de pesticidas sobre larvas de anuros utilizando experimentos de campo. III Congreso de Limnología. Cal III. Chascomús. Sociedad Argentina de Limnología.

5. Souza Casadinho, Javier. 2007. Los contaminantes orgánicos persistentes. Los plaguicidas clorados y sus alternativas. CETAAR- Secretaria de ambiente y desarrollo sustentable. Buenos Aires. Argentina.

6. Almirón, Walter y Rossi, Gustavo. 2005. Artrópodos de interés médico en Argentina. 2005. Capítulo 11 Mosquitos.

7. Fundación mundo sano. Bs. As. Argentina.

8. Souza Casadinho, Javier. 2005. Los plaguicidas y los niños. CETAAR ediciones. Marcos paz. Argentina Tal como ocurrió en Quimilí, Santiago del Estero, el día 1 de abril de 2009.

9. RAPAL. Revista Enlace nº 44- abril de 1999. Lima. Perú.

10. Mujeres campesinas e indígenas. Por un trabajo decente y un mundo libre de plaguicidas.2006. RAPAL. Santiago de Chile.

11. Plaguicidas alteradores Endocrinos. Revista Enlace Nº 73. Santiago de Chile. Chile.

12. Souza Casadinho, Javier. 2005. Los plaguicidas y los niños. CETAAR ediciones. Marcos Paz. Argentina