En tres años, el Gobierno aumentó el gasto en publicidad un 388%

Los datos surgen de un análisis efectuado por Poder Ciudadano, en base a información suministrada por la Secretaría de Medios. El vertiginoso aumento, que supera el presupuesto planificado, no fue acompañado de mayor transparencia. Los más de 210 millones de publicidad oficial igualan el presupuesto de programas sociales como el de Becas y el de Lucha contra el SIDA.

(INFOCIVICA, Buenos Aires, 23 de julio de 2007). El gasto en publicidad oficial en el Gobierno Nacional no para de crecer año a año. Y lo hace de manera alarmante: muy por encima de los índices inflacionarios, de los montos planificados a través de las leyes de presupuesto y sin criterios de transparencia.

Sólo en 2006, el Poder Ejecutivo gastó en concepto de publicidad oficial más de 210 millones de pesos. Una cifra que representa un incremento del 64,76% respecto a lo ejecutado el año anterior. De este modo, en tres años, el Gobierno ha casi cuadruplicado su inversión en “prensa y difusión de actos de gobierno”. El incremento preciso es del 388%.

Esta conclusión surge de un análisis realizado por la Fundación Poder Ciudadano, en base a planillas elaboradas por TELAM, la agencia de noticias y publicidad del Poder Ejecutivo Nacional, que tiene entre sus responsabilidades la distribución de la llamada “pauta oficial”. Éstas fueron recibidas por la ONG como respuesta a pedidos de información pública realizados a la Secretaría de Medios de la Nación.

La evolución del gasto año a año habla por sí sola: en 2004, el presupuesto ejecutado (99.815.380 de pesos) fue un 116% mayor que el de 2003 (46.267.906). El presupuesto ejecutado en 2005 (que alcanzó los 127.462.075), fue casi un 28% más alto que el de 2004. Los más de 210 millones gastados en 2006 (210.003.598) representan un aumentó de un 64,76% respecto del anterior. Estas variaciones interanuales superan ampliamente el índice inflacionario (de 3,7% en 2003, 6,1% en 2004, 12,5% en 2005 y 9,8% en 2006, según el INDEC) y los incrementos que, consecuentemente, puedan haber experimentado la producción y la distribución de publicidad.

En términos absolutos, el monto invertido en publicidad oficial es igual de elocuente. Unas comparaciones bastarán para ilustrar: las erogaciones en concepto de publicidad oficial se acercan al presupuesto del Programa Nacional de Becas del Ministerio de Educación, que beneficia a 550 mil estudiantes de los “sectores vulnerables”. Su monto, según la Ley de Presupuesto 2007, es de 208 millones de pesos. Similares cifras fueron asignadas a dos programas del Ministerio de Salud: el de lucha contra el SIDA y Enfermedades de Transmisión Sexual, que provee medicamentos a unos 230 mil pacientes con VIH/SIDA, y el de Provisión de medicamentos genéricos para atención primaria de salud, que beneficia a 15 millones de personas en todo el país.

Falta de planificación y de transparencia

Si bien la publicidad oficial cumple un rol en la comunicación de programas e iniciativas gubernamentales, es inevitable preguntarse acerca de incrementos que, a priori, parecerían desproporcionados. A esta situación, debe sumarse que el presupuesto ejecutado rara vez guarda relación con el presupuesto planificado.

Por ejemplo, según la Ley de Presupuesto de 2006, el monto asignado a los “clientes centralizados” para publicidad institucional es de 141 millones de pesos. Sin embargo, el monto ejecutado asciende a 155 millones. Los restantes 69 millones que conforman los 210 del gasto en publicidad oficial corresponden a los organismos descentralizados.

Andrea Caldararo, Directora de Contenidos y Responsable de Acceso a la Información de la Secretaría de Medios, ratificó estas cifras. Y, cuando se le solicitó que aclarara qué partidas presupuestarias habían sido reasignadas para cubrir este diferencia de 14 millones de pesos respecto de lo asignado por Ley, respondió, en una comunicación escrita del 24 de abril de 2007, que el aumento “no surge de ninguna reasignación de partidas, sino que fue directamente un aumento de presupuesto otorgado”.

Esta respuesta imprecisa siembra dudas acerca de si la utilización de los “superpoderes” (las facultades extraordinarias otorgadas por el Congreso al Jefe de Gabinete para redistribuir el presupuesto oficial en casos de emergencia) han alcanzado también a este rubro.

La pauta oficial incluye la partida de los “clientes centralizados” (que presupuestariamente forman parte de la Secretaría de Medios y Comunicación de la Nación) y la de los clientes “descentralizados” (que tienen sus propios presupuestos). Algunos organismos descentralizados son la AFIP, CONICET, Banco Central, entre otros. Durante 2006, la publicidad institucional de los descentralizados representó casi un tercio (32,85%) del gasto total ejecutado en concepto de publicidad oficial. Sin embargo, dado el modo en que se confecciona el Presupuesto
–donde no quedan claros los ítems que componen la publicidad institucional de cada organismo– resulta complejo calcular el presupuesto original de publicidad de estos organismos. E igual de complejo es analizar su desviación respecto de lo planificado.

Como si esto fuera poco, consultados por la agencia Infocívica, fuentes de TELAM –responsable de administrar el dinero de toda la pauta–, dijeron no tener injerencia alguna sobre el destino de los fondos. Además, manifestaron desconocer los criterios y procedimientos a través de los cuales se canaliza la publicidad.

Estos procesos y la vaguedad e imprecisión de las respuestas oficiales recibidas acerca de los montos presupuestados y los criterios para su distribución, convierten a la publicidad oficial en un gasto, cuyo vertiginoso crecimiento no ha ido acompañado de una mayor transparencia ni en los requisitos impuestos a los proveedores para ser contratados ni en la información divulgada sobre los pagos efectuados y los servicios adquiridos por el Estado.

Ahorrando Energía ¿Y Kirchner?


Mientras nuestro país la crisis energética se muestra cada vez con más fuerza (Y más industrias paradas) el gobierno hace caso omiso a las recomendaciones de eficiencia y ahorro energético y sigue negando la situación.

En otros lares, se impulsan medidas ingeniosas para reducir el consumo energético como medida eficiente de lucha contra el cambio climático.

Siguiendo los pasos marcados por Taiwan, la ciudad española de Sevilla ha trazado un ambicioso plan para sustituir los semáforos halógenos e incandescentes por LEDs.

El cambio hacia el nuevo sistema será realizado gradualmente y tendrá un coste aproximado de 2,3 millones de euros pero una vez llevado a cabo ahorrará un 85% de la energía consumida hasta la fecha. Sevilla se propone reemplazar 22.170 semáforos en total, lo que reducirá el consumo anual en 3,93 millones de KWh, o el equivalente a 800 hogares.

Sevilla no es la primera ciudad española que ha comenzado el cambio, así Zaragoza y San Sebastián iniciaron el proceso hace ya unos cuantos meses.

Argentina sigue buscando medidas que la saquen de esta crisis pero se encamina a peores consecuencias: depender más de la importación de petroleo y gas de otros países y recurrir a la energía nuclear (con los peligros y las consecuencias eternas que esto genera)

La Web 2.0 en el centro de atención de los museos

Los que me conocen saben de mi interés por los estudios y los avances relacionados con Web2.0.

Luego de haber trabajado en el equipo que desarrolló y gestionó la primera plataforma de 2.0 para ONG (Una comunidad para apoyar la campaña de ballenas de Greenpeace) sigo interesado en aprender más de experiencias similares.

Si bien casi toda la bibliografía online disponible se enfoca más al mercado corporativo, encontré una nota de Carolina Gruffat interesante para compartir y debatir.

—————-

El uso de las herraminetas Web 2.0 cobra cada vez más importancia entre los grandes museos del mundo. Hace unas semanas comentábamos la iniciativa de algunos museos norteamericanos que incorporaron sistemas de catalogación colaborativa o tagging social en sus colecciones online. Ahora el blog Comunicación cultural vuelve sobre el tema, y destaca los proyectos de algunos museos españoles que utilizan blogs, podcasts y taggs, con el objetivo de abrir nuevas formas de comunicación con los usuarios.

Estos proyectos significan importantes avances en relación con los resultados de un estudio sobre el uso de las TIC por parte de los museos y otras instituciones culturales españolas, que publicó el año pasado la revista Dosdoce. Este estudio señalaba que la mayoría de los sitios web de las instituciones culturales tenía un formato muy estático, con bajo nivel de actualización, y no ofrecía posibilidades de interacción con los usuarios.

Tan sólo un 23% de las entidades culturales analizadas ofrecía canales de comunicación colaborativa, tales como foros, blogs, etc.; y menos del 8% publicaba sus noticias o notas de prensa a través de RSS u otros servicios de sindicación de contenidos. Por último, sólo un 9% permitía descargar documentos multimedia, tales como archivos sonoros y visuales de las exposiciones, entrevistas, etc.

Contra esta tendencia, se afianzan ahora otras iniciativas: el blog del museo EducaThyssen y el de la Fundación NMAC, pensados como una espacios de reflexión y debate entre las personas interesadas en el arte contemporáneo, los museos y su función educativa. Otros proyectos destacados son los blogs de Domus Artium de Salamanca y el del Patio Herreriano de Valladolid, que busca generar nuevas vías de comunicación entre el museo y los usuarios.

———–

“Si seguimos a este ritmo, necesitaremos más planetas para sustentarnos”

La actividad empresarial no puede seguir basándose en modelos ideados en el pasado, cuando se pensaba que los recursos naturales eran abundantes.
Ya no es posible un crecimiento sin límites ni condenar a gran parte de la humanidad a la pobreza. Hay que pensar en formas de compartir el planeta.

Éstos son los principales desafíos que todos enfrentamos según la visión de Ernst Ligteringen, presidente de Global Reporting Initiative (GRI), organización que tiene como misión desarrollar y difundir globalmente directrices para la elaboración de informes de sostenibilidad.

Ligteringen también considera como un avance que se establezcan nuevos mecanismos para la sostenibilidad, como el mercado de carbono. Así, las empresas pueden pasar a ser parte de la solución de nuestros problemas. Vea a continuación sus principales consideraciones.

Red Ethos de Periodistas: _ ¿Usted cree en la posibilidad de que las empresas sean sostenibles?

Ernst Ligteringen: _ Las empresas en sí no son sostenibles ni pueden serlo. Debemos hablar de la sostenibilidad del planeta, como si quisiéramos permanecer en este mundo por algunas generaciones más. Si analizamos los hechos, hoy nos hace falta un planeta y medio para sustentar nuestro modo de vida en la Tierra, que incluye producción, generación de energía, transporte y consumo, entre otros aspectos.

Hemos pasado los puntos críticos en el uso de recursos naturales a mediados de los años 80. Si seguimos al mismo ritmo, serán necesarios más planetas para sustentarnos. Y no los tenemos. Gran parte de la población mundial necesita mejorar sus condiciones de vida, pues vive en extrema pobreza. Por lo tanto, tenemos que pensar cómo compartir este mundo, para que haya vida decente para todos y también para las futuras generaciones. El concepto de sostenibilidad trata de esa cuestión.

Las empresas no pueden seguir basando sus operaciones en modelos ideados en el pasado, cuando pensábamos que los recursos naturales eran abundantes. Éstos son finitos y las compañías no pueden seguir creciendo ilimitadamente y produciendo con despilfarro. Todo esto tiene que cambiar y las empresas deben formar parte de la solución del problema. Necesitamos encontrar conjuntamente una manera sostenible de repartir el planeta. Las empresas son organizaciones poderosas y no encontraremos salidas si ellas no se convencen de que deben formar parte de la solución. Nadie pide que sean caritativas.

Red Ethos de Periodistas: _ ¿De qué manera las empresas pueden integrarse a este proyecto?

Ernst Ligteringen: _ Es necesario que entiendan que sólo serán exitosas si la sociedad también tiene éxito: para los negocios hacen falta clientes, empleados, una sociedad que sea sostenible. Mantener empresas en el futuro sólo será posible si se adoptan prácticas sostenibles. Tienen que pensar colectivamente cómo construir este mundo. El problema es que generalmente no son eficientes en acciones colectivas, dada su naturaleza competitiva. Hay pocos líderes. El desafío consiste en que aprendan a actuar en conjunto.

Las compañías de seguros, por ejemplo, ya notaron que los cambios climáticos perjudican su negocio. Algunas hasta conceden premios a quienes se esfuerzan por reducir los riesgos ambientales. El mercado financiero está empezando a tener en cuenta este aspecto. Sabemos qué riesgos nos acechan, pero nos resulta difícil actuar conjuntamente. Me temo que necesitaremos pasar por una gran crisis para encontrar el mejor modo de actuar.

REP: _ ¿Qué progresos observa usted en los últimos años?

EL: _ Hemos logrado algunos. Quizá el más significativo haya sido el mercado de carbono pues supone un mecanismo para manejar la sostenibilidad. Las firmas disponen de un medio para hacer buenos negocios y volver sostenible a este mundo. Se trata de un cambio importante.

Hace pocos años, la sostenibilidad era cosa de pioneros. Una de las primeras en Europa fue The Body Shop, a comienzos de la década del 90. En esa época nadie tomaba muy en serio tales iniciativas y se llegaba a hacer bromas sobre la cuestión.

REP: _ ¿En qué medida los buenos informes pueden ayudar a las empresas y la sociedad a detener el actual proceso de insostenibilidad?

EL: _ Producir informes públicos constituye una práctica de control que puede ayudar a empresas y mercados a cambiar su forma de pensar. Los informes de sostenibilidad destacan aspectos no tenidos en cuenta en los informes eminentemente financieros. Son verdaderos ejercicios no sólo de rendición de cuentas, sino también de aprendizaje.

Si consideramos que la sostenibilidad radica en cómo repartimos este mundo, podemos llegar a entender mejor en los informes qué resultados son buenos y cuáles son malos.
Además, los buenos informes son realizados dialogando con stakeholders (partes interesadas). Sobre esa base, las empresas pueden descubrir sus riesgos, sus oportunidades y las expectativas de sus stakeholders. Muchos presidentes de compañías tienen miedo de hacerlo. Sin embargo, hay que dialogar con empleados, clientes, inversores, con la prensa. Así se puede aprender que la sostenibilidad es una preocupación de todos. Todas las empresas que aplican estas prácticas sistemáticamente destacan lo que se aprende sobre el tipo de productos y servicios que serán necesarios en el futuro, y qué acciones son consideradas aceptables en el mercado por los stakeholders.

En noviembre del 2006, un artículo publicado en la primera plana del Financial Times sobre las seis mayores firmas de auditoría del mundo mostró que todas consideran que los modelos de informe financiero son obsoletos, pues el valor de las compañías se concentra en su mayor parte en activos intangibles, como su reputación y su relación con los stakeholders. En otros tiempos era más sencillo hacer un informe, porque se trataba de internalizar el lucro y externalizar los costos al máximo.

En cambio, lo que vemos hoy es una renegociación que considera que se debe externalizar los costos de hecho y que alguien debe asumirlos. Esto implica una evolución que seguramente proseguirá en los próximos años. GRI presenta esta discusión sobre el tipo de informe que es necesario y también sobre los métodos para llevarlo a cabo, cómo ser transparente en los resultados y cómo se puede aprender analizándolos.

REP: _ ¿Qué opina sobre la experiencia brasileña?

EL: _ Brasil tiene una excelente experiencia y un número considerable de empresas pioneras. Es un país con iniciativas interesantes en varios sectores, como el energético, el de producción de alcohol y los nuevos combustibles. En el sector financiero, cabe destacar el Nuevo Mercado Bovespa ISE, que considera estas cuestiones. Allí Brasil está innovando; y también hay una prensa que pareciera estar bastante interesada en todo esto.